ARTÍCULO ORIGINAL
Morbimortalidad anestésica del trasplante renal.
Marilét Muradas Augier, Yanet Pérez Delgado, Raúl García Rojas, Roberto Sánchez Tamaki, Isied Rojas Fiel
Instituto Nacional de Nefrología Dr. Abelardo Buch
RESUMEN
Introducción:
El trasplante renal es una intervención en la que el anestesiólogo
se enfrenta a una amplia gama de alteraciones fisiopatológicas inherentes
al paciente con enfermedad renal crónica, que lo hacen propenso a sufrir
diversas complicaciones intra y postoperatorias. Objetivos: Identificar
la incidencia de complicaciones anestésicas más frecuentes, el
momento en que ocurren, la posible relación entre la aparición
de complicaciones anestésicas y algunos factores de riesgo, así
como con el agente anestésico empleado. Señalar la mortalidad
anestésica. Método: Se realizó un estudio observacional
analítico prospectivo con el universo de pacientes trasplantados renales
en el período comprendido entre marzo del 2012 hasta marzo del 2014.
Los datos fueron extraídos de las historias clínicas y recogidos
en un formulario diseñado al efecto. Resultados: La hipertensión
arterial fue la complicación anestésica de mayor incidencia en
nuestra muestra (24%). Toda la morbilidad ocurrió en el período
intraoperatorio (p< 0.05), presentándose con mayor frecuencia en los
pacientes de edad avanzada y con estado físico ASA IV (p< 0.05). Conclusiones:
La incidencia de complicaciones anestésicas (44%) en nuestra investigación
no impidió la evolución satisfactoria del trasplante. Consideramos
que nuestro actuar en el manejo anestésico del trasplante debe estar
apoyado por un conocimiento profundo y actualizado con vistas a garantizarles
a estos enfermos un trasplante renal exitoso del cual depende su calidad de
vida y supervivencia.
Palabras claves: enfermedad renal crónica terminal, morbimortalidad, anestesia.
ABSTRACT
Introduction: The renal transplantation is an intervention in which the anaesthesiologist confronts to a wide range of physiopathologic changes inherent to the patient with chronic renal disease that do it liable to suffer diverse complications. Objectives: Identify the incidence of the most frequent anaesthetics complications, the moment of appearance, the possible relation between them and some risk factors, as well as with the anaesthetic agent employed. Also identify anaesthetic mortality. Method: An observational prospective study was conducted with the universe of patients who received a renal transplant from March 2012 to march 2014. The data were extracted from clinical file and collected in a model designed to that purpose. Results: Hypertension was the anaesthetic complication of higher incidence (24%), showing most frequently in older patients and those with physical status ASA IV (p< 0.05). Conclusions: The appearance of anaesthetic complications (44%) did not preclude the satisfactory evolution of the renal transplant. We consider that anaesthetic management should be supported by a deep and updated knowledge in order to accomplish the success of the procedure on which depends the patient survival and ulterior quality of life.
Key words: End stage chronic renal disease, kidney transplantation, complications, anaesthesia.
INTRODUCCIÓN
En el año
2012 nuestra institución reanuda su actividad de trasplante renal, labor
que lleva a cabo con resultados satisfactorios desde su fundación y que
constituye una línea investigativa de nuestro servicio de Anestesiología
y Reanimación por los beneficios que reporta para estos enfermos crónicos
renales y por el reto que representa el manejo anestésico perioperatorio
de los mismos.
Desde el primer
trasplante exitoso, realizado en el año 1954 en Boston, Estados Unidos,
entre gemelos idénticos hasta nuestros días el manejo anestésico
del trasplante ha experimentado grandes cambios1,2. En los primeros
receptores se usó como técnica anestésica la anestesia
raquídea y en aquellos momentos se contaba sólo como medios de
monitorización con un manguito de presión arterial y un electrocardiógrafo3.
En la actualidad aunque la anestesia regional se relaciona con menor riesgo
de sangramiento, menor necesidad de transfusión, mejor control del dolor
postoperatorio, no manipulación de la vía aérea y menor
exposición sistémica a las drogas,4 la mayoría
de los centros utiliza la anestesia general orotraqueal por asociarse a una
hemodinamia estable, excelente relajación muscular y profundidad anestésica
controlable4,5. Además contamos con monitores estándares
y una monitorización más amplia en casos que así lo requieran,
como el control de la PVC, presión arterial invasiva, ecocardiografía
transesofágica y la cateterización de la arteria pulmonar6.
Estos avances se han impuesto ya que la nefropatía terminal altera el
funcionamiento de los demás sistemas de órganos, lo que hace que
las respuestas a los fármacos y a las técnicas anestésicas
sean menos previsibles. Además estos pacientes presentan un alto riesgo
de complicaciones perioperatorias debido a su enfermedad3.
La enfermedad renal
crónica (ERC) presenta múltiples causas y se asocia a numerosos
factores de riesgo que exigen una correcta valoración preanestésica
y un manejo transoperatorio y postoperatorio óptimos. La hipertensión
arterial, Diabetes mellitus, los trastornos hematológicos, hepatopatías,
desórdenes electrolíticos, sobrecarga de volumen, trastornos metabólicos,
neurológicos y cardiovasculares son responsables de la comorbilidad de
estos pacientes7-9. A pesar de que las enfermedades cardiovasculares
se asocian al 50% de las muertes en pacientes con enfermedad renal crónica
solo la disfunción ventricular irreversible con bajo gasto cardíaco
debe ser considerada una contraindicación para el trasplante por poner
en peligro la viabilidad del injerto10.
Nuestro trabajo
debe estar encaminado a la optimización del tratamiento de base y a la
corrección de estados patológicos en estos enfermos como parte
de la valoración preanestésica, así como a la monitorización
intensiva y al control hemodinámico tanto en el transoperatorio como
en el postoperatorio, aun así encontramos múltiples reportes de
complicaciones anestésicas perioperatorias que despiertan nuestro interés.
Los anestesiólogos
debemos consolidar cada día nuestros conocimientos referentes a esta
enfermedad para poder enfrentarnos con seguridad al trasplante renal, pues es
un hecho que este mejora la calidad de vida y la supervivencia de estos pacientes.
Fueron nuestros
objetivos identificar la morbimortalidad anestésica en la cirugía
de trasplante renal, la incidencia de las complicaciones anestésicas
más frecuentes, el momento en el cual ocurre el mayor número de
complicaciones anestésicas, la posible relación entre la aparición
de complicaciones anestésicas y algunos factores de riesgo, así
como con el agente anestésico empleado y señalar la mortalidad
anestésica en estos pacientes.
MÉTODO
Se realizó
un estudio observacional analítico prospectivo. El universo de estudio
estuvo constituido por la totalidad de pacientes trasplantados renales (63 pacientes),
22 de donantes vivos y 41 de donantes cadáveres, en el Instituto Nacional
de Nefrología, en el período comprendido entre marzo del 2012
y marzo del 2014.
Todos los pacientes fueron portadores de ERC, en estado preterminal (ASA III)
aquellos que aún no habían recibido tratamiento dialítico
y terminal (ASA IV) los que sí lo requerían como método
sustitutivo de su función renal.
Técnica
y procedimiento de obtención de la información: La información
se obtuvo a partir de datos recogidos de la historia clínica y del protocolo
de anestesia, en una encuesta diseñada al efecto.
Criterios seleccionados
para determinar algunas complicaciones:
1. Hipertensión
arterial: Cifra mayor de 30 % de la presión arterial sistólica
estable preinducción, sostenida por un período mínimo de
10 min11.
2. Hipotensión arterial: Cifra menor de 30 % de la presión arterial
sistólica estable preinducción, sostenida por un período
mínimo de 10 min11.
3. Taquicardia sinusal severa: Frecuencia mayor de 140 latidos por minuto12.
4. Bradicardia severa: Frecuencia menor o igual de 40 latidos por minuto12.
5. Isquemia cardiaca: Manifestación electrocardiográfica de alteraciones
del ST o de la onda T, o cuadro típico de angin13.
6. IMA perioperatorio: Nuevo IMA, evidenciado por desplazamiento patológico
del ST, onda Q patológica o por aumento de las enzimas CPK o TGO12.
7. Extrasístoles ventriculares: Se tomaron solo las contracciones ventriculares
peligrosas14.
8. Broncoespasmo: Aquel que necesitó tratamiento broncodilatador12.
9. Neumonía postoperatoria: Evidenciada por rayos x de tórax o
por cultivos positivos12.
Técnica
y procedimiento del procesamiento de la información: La totalidad de
la información fue procesada de forma automatizada, empleándose
el programa SPSS versión 8.0. De forma general fue utilizada la técnica
estadística de análisis de distribución de frecuencias.
Para cada una de las categorías de las variables, fueron calculadas las
frecuencias absolutas y relativas (porcentajes). En los casos de interés
se aplicaron tests de homogeneidad (Chi cuadrado corregido y Chi cuadrado) y
el test exacto de Fisher. Fue fijado el nivel de significación estadística
p<0.05.
RESULTADOS
De los 63 pacientes
estudiados, 22 (34,9%) recibieron trasplante renal de donantes vivos y 41 (65,07%)
de donantes cadáveres. 34,9 % pertenecieron al sexo femenino y 65,07%
al sexo masculino. De ellos, 32,2 % tenían una edad que oscilaba entre
18 y 30 años y 67,7% entre 30 y 60 años. Respecto al estado físico
(ASA), tuvimos un predominio de pacientes ASA IV para un 88,1 % y 11,8 % de
pacientes clasificados como ASA III. El tiempo quirúrgico presentó
un valor medio de 3,23 horas y el tiempo anestésico de 4,12 horas. La
técnica anestésica utilizada fue la ataranalgesia en todos los
casos, aplicándose un protocolo de Fentanilo/Propofol/Ketamina/Atracurio
en pacientes con cifras tensionales inferiores a 140/90 mmHg y Fentanilo/propofol/Atracurio
en pacientes con tensiones arteriales superiores a este valor.
Encontramos como
principal enfermedad crónica asociada a la enfermedad renal, la hipertensión
arterial en el 54,2 %, ya sea como causa o consecuencia de la nefropatía,
seguida por la Diabetes Mellitus en un 6,3%.
La incidencia de complicaciones anestésicas fue relativamente elevada, evidenciándose en el 44% de nuestros enfermos. La hipertensión arterial fue la complicación observada con mayor frecuencia (24%), como se puede apreciar en el gráfico 1.
En
la totalidad de los pacientes, la morbilidad se produjo en el período
intraoperatorio (p<0.05).
En nuestra investigación, factores de riesgo como la edad y el estado
físico sí influyeron de manera significativa (p<0.05), en la
aparición de complicaciones, presentándose mayor morbilidad en
los pacientes de edad avanzada y con estado físico ASA IV, respectivamente
(gráficos 2 y 3).
No presentamos
ningún caso de muerte anestésica.
DISCUSIÓN
A pesar del sustancial progreso en la cirugía de trasplante renal, el
riesgo de complicaciones perioperatorias persiste, lo cual determina que cerca
del 25% de los receptores renales sufran demora en la función del injerto
y necesidad de terapia de reemplazo de la función renal en el período
postoperatorio, resultando en un incremento de la mortalidad en un 40%15-18.
La literatura reporta
que la hipertensión arterial constituye la segunda causa de ERC, superada
solo por la Diabetes Mellitus19 y se presenta a su vez en el 90 %
de los pacientes con hemodiális20. En nuestro estudio la encontramos
en el 54,2% de los pacientes y apareció como la complicación transoperatoria
más frecuente (24%) en esta población específica. Para
el control de la misma los pacientes recibieron tratamiento con Nitroglicerina
en infusión continua a dosis respuesta, lográndose estabilizar
la hemodinamia sin riesgo de pérdida de la anastomosis ni de accidente
cerebrovascular21.
A diferencia nuestra,
Carmona y Peleterio22, señalaron como única complicación
intraoperatoria la hipotensión arterial, alteración hemodinámica
que también podemos encontrar como consecuencia de la enfermedad arterioesclerótica
coexistente, la reserva miocárdica disminuida y la neuropatía
autonómica asociadas en estos enfermos21, pudiendo producirse además
por hipovolemia durante el período transoperatorio10,23,24.
Consideramos que la selección del protocolo de anestesia, la monitorización
estricta y el tratamiento intensivo de la pérdida sanguínea transoperatoria
contribuyeron a la no aparición de esta complicación en nuestros
casos, muy desfavorable fundamentalmente después del despinzamiento de
los vasos ilíacos, pudiendo aumentar la incidencia de necrosis tubular
aguda y de trombosis vascular irreversible en el sitio de la anastomosis, conllevando
a la pérdida del injerto21.
En el 9% de nuestra
muestra se produjo punción accidental de la arteria carótida común
durante la realización del abordaje venoso profundo para la medición
de la presión venosa central (PVC). Este es un proceder que realizamos
rutinariamente en esta cirugía para guiar la terapia de volumen y optimizar
el manejo hemodinámico en nuestros pacientes, aunque algunos centros
solo lo utilizan en el 30% de sus casos25, por considerar que la
PVC no se correlaciona fielmente con el estado de los fluidos en el paciente
trasplantado renal26. Debemos señalar que estos pacientes
presentaban una larga historia de empleo de catéteres centrovenosos para
hemodiálisis, siendo frecuentes en ellos las trombosis venosas de los
vasos centrales, no obstante pudo realizarse el proceder sin ocasionarles hematoma
de la región cervical del cuello que pudiera comprometer la ventilación
en los mismos.
De acuerdo con el estudio realizado por Velázquez y colaboradores, las
complicaciones más frecuentes encontradas en esta intervención,
son las infecciones relacionadas con la cirugía (65%) y otras generadas
por el proceder quirúrgico (35%), no así por el proceder anestésico10.
No encontramos
relación estadísticamente significativa entre factores de riesgo
como el sexo, el tiempo quirúrgico, tiempo anestésico y los agentes
anestésicos empleados con la aparición de complicaciones, a diferencia
de otros autores quienes sí registraron una disminución significativa
de las cifras de tensión arterial sistólica (57 %), tras la inducción
anestésica con propofol, remifentanilo y cisatracurio22.
En nuestro estudio,
factores de riesgo como la edad y el estado físico sí influyeron
de manera significativa (p<0.05), en la aparición de complicaciones,
presentándose mayor morbilidad en los pacientes de edad avanzada y con
estado físico ASA IV, respectivamente (gráficos 2 y 3). La edad,
se relaciona directamente con la aparición de complicaciones, debido
a los cambios fisiológicos del envejecimiento que conllevan a una menor
reserva funcional de órganos y sistemas y a un mayor número de
enfermedades crónicas asociadas con un tiempo de evolución más
prolongado3,27,28.
De Gasperi A y
colaboradores describieron complicaciones cardiovasculares en el 10% de sus
pacientes trasplantados renales, particularmente en los pacientes mayores de
50 años29.
De igual forma
en un estudio realizado en Colombia, en un período de 5 años (2007-
2012), sus autores concluyeron que la edad avanzada, es un factor de riesgo
asociado a la aparición de complicaciones conjuntamente con tiempos de
isquemia fría mayores de 13 horas y edad del donante superior a 50 años30.
Por su parte la correlación directa entre el estado físico y la
morbilidad anestésica, es lógica, pues cuando la condición
física del paciente empeora, la incidencia de complicaciones relacionadas
con la anestesia, se incrementa31.
En nuestro estudio
no presentamos ningún caso de muerte anestésica y hasta el momento
el 81% de los pacientes trasplantados conserva la función del órgano.
Diversas causas, donde se destacan las vasculares e inmunológicas, han
sido las responsables de las pérdidas de los injertos, ninguna relacionada
con la anestesia.
CONCLUSIONES
La incidencia de
complicaciones anestésicas (44%) en nuestra investigación no impidió
la evolución satisfactoria del trasplante, pues las mismas no comprometieron
en ningún momento la hemodinamia, fundamental para la adecuada perfusión
del órgano trasplantado, siendo debidamente atendidas y corregidas. Toda
la morbilidad se produjo durante el período transoperatorio (p<0.05),
quedando demostrada la influencia de factores de riesgo, como la edad y el estado
físico, en su aparición (p<0.05). No se presentó ningún
caso de muerte anestésica. Consideramos que nuestro actuar en el manejo
anestésico del trasplante debe estar apoyado por un conocimiento profundo
y actualizado del tema, con vistas a garantizarles a estos enfermos un trasplante
renal exitoso del cual depende su calidad de vida y supervivencia.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
1. Crespo-Nava
O, Castillo G, Aragón A, Sánchez J. Trasplante renal cadavérico:
Experiencia en los últimos 3 años en el Centro Médico Nacional
de Especialidades del norte No. 25. Rev Mex Urol 2004; 64(4): 161-65.
2. Valente J F,
Schulak J A. Surgical considerations in kidney intraplantation. En: Hricik D.
E. Kidney intraplantation. London. Remedica publishing. 2003. pp79-96.
3. Miller RD. Trasplante
de órganos. En: Miller RD (ed). Miller Anesthesia. 6 ed, New York: Churchill
Livingston. 2005; Pp.2231-2285.
4. Rivera D, Tejada
JH, Medina A, et al. Anesthesia
complications in renal transplantation. Rev Colom. Anestesiol. 2011; 39(1):30-33.
5. Akpek EA, Kayhan
Z, Dönmez A, et al. Early
postoperative renal function following renal transplantation surgery: effect
of anesthetic technique. J Anesth. 2002;16(2):114 -118.
6. Heino A, Orko
R, Rosemberg PH. Anaesthesiological
complications in renal transplantation: A retrospective study of 500 transplantations.
Acta Anaesthesiol Scand. 1986; 30: 574-580.
7. Lemmens HJ.
Kidney
transplantation: recent developments and recommendations for anesthetic management.
Anesthesiol Clin North Am. 2004; 22(4):651-662.
8. Sprung J, Kapural
L, Bourke DL, et al. Anesthesia
for Kidney transplant surgery. Anesthesiol Clin North Am. 2000; 18(4):919-951.
9. Obrador GT,
Pereira BJ. Anaemia
of chronic kidney desease: an under-recognized and under-treated problem.
Nephrol Dial Transplant. 2012;17 (suppl 11): 44-46.
10. Javi 1. L.
Ricaurte, J. Vargas, E. Lozano, l. diaz. Anesthesia and kidney transplantation.
11. Shan BK.
Reevaluation of perioperative myocardial infarction undergoing noncardiac operations.
Anesth Analg 1990; 71:231-35.
12. Pedersen K,
Henriksen E.
A prospective study of risk factors and cardiopulmonary complications associated
with anesthesia and surgery: Risk indicators of cardiopulmonary morbidity.
Acta Anaesthesiol Scand 1990; 34:144-55.
13. Luca B. Unidad
de cuidados postanestesia. En: Kenneth DJ, Eckharddt III undergoing WF, Perese
D.A. Procedimientos de anestesia clínica del Massachussets General Hospital.
2da Ed. Española. Masson- little, Brown SA, 1995. Pp. 491-505.
14. Roca GR. Arritmias
o disritmias cardíacas. En: Roca GR: Temas de medicina interna. 3ra ed.
T- I. Editorial pueblo y educación, CH, 1985. Pp 184-96.
15. Schmid S ,
Jungwirth B. Anaesthesia
for renal transplant surgery: an update. Eur J Anaesthesiol 2012; 29:552-558.
16. Boom H, Mallat
MJ, de Fijter JW, et al. Delayed
graft function influences renal function, but not survival. Kidney Int 2000;
58:859-866.
17. Frei U, Noeldeke
J, Machold-Fabrizii V, et al. Prospective
age-matching in elderly kidney transplant recipients: a 5-year analysis of the
Eurotransplant Senior Program. Am J Transplant 2008; 8:50-57.
18. Bronzatto EJ,
da Silva Quadros KR, Santos RL, et al. Delayed
graft function in renal transplant recipients: risk factors and impact on 1-year
graft function - a single center analysis. Transplant Proc 2009; 41: 849-851.
19. Sarinkapoor
H, Kaur R, Kaur H. Anaesthesia
for renal transplant surgery. Acta Anaesthesiol Scand 2007; 51: 1354-1367.
20. González
OR. Manejo anestésico del trasplante. En: Memorias XXXVIII Congreso mexicano
de Anestesiología. Trasplantes y el anestesiólogo. 6/7/2010.
21. Amend WJC,
Vincenti JF, Tomlanovich SJ. The first two postintraplantation months. En: Danovitch
GM. Handbook of kidney intraplantation. 3era ed. Lippincott William and Wilkins
Philadelphia. 2001. pp 163-81.
22. Carmona G P,
Peleterio P A. Anestesia
con propofol, remifentanilo y cisatracurio en un trasplante renal. Rev Esp
Anestesiol Reanim 2003; 50: 356-59.
23. Rivera D, Tejada
JH, Medina A. Anesthesia
complications in renal transplantation. Rev Colom. Anestesiol. 2011; 39(1):
30-37.
24. Hirata ES,
Baghin MF, Pereira RI. Influence
of the anesthetic technique on the hemodynamic changes in renal transplantation:
a retrospective study. Rev Bras Anestesiol. 2009; 59(2):166-176.
25. Niemann CU,
Eilers H. Abdominal organ
transplantation. Minerva Anestesiol 2010; 76:266-275.
26. Ferris RL,
Kittur DS, Wilasrusmee C. Early
hemodynamic changes after renal transplantation: determinants of low central
venous pressure in the recipients and correlation with acute renal dysfunction.
Med Sci Monit 2003; 9:CR61-CR66.
27. Pedersen K,
Henriksen E.
A prospective study of risk factors and cardiopulmonary complications associated
with anesthesia and surgery: Risk indicators of cardiopulmonary morbidity.
Acta Anaesthesiol Scand 1990; 34:144-55.
28. Pedersen T,
Mogensen VJ, Ringsted C. Anaesthetic
practice and postoperative pulmonary complications. Acta Anaesth Scand 1992;
36:812-18.
29. De Gasperi
A, Narcisi S, Mazza E. Perioperative
fluid management in kidney transplantation: is volume overload still mandatory
for graft function? Transplant Proc 2006; 38:807-809.
30. Cobillos GJ,
Sandoval RCL, Andrade CE, Hermida GNH. Causas que contribuyen a la pérdida
del trasplante renal de donante cadáver en la Fundación Surcolombiana
de Trasplante. Rev. Colomb. Anestesiol.2014; vol 42: 4283-4288.
31. Hallan S y
cols. Causes and risk factors of intraoperative anesthesia complications. A
prospective study of 14, 735 anesthesias. Tidss Kr. Nor. Laegeforen 1990; 110(1):
4-38.
Recibido: 01-09-2014
Aprobado: 13-12-2014
Correspondencia:
Marilét Muradas Augier Servicios de Anestesiología y Reanimación
y Urología. Instituto Nacional de Nefrología Dr. Abelardo Buch.
La Habana, Cuba. Correo electrónico: mmuradas@infomed.sld.cu