CARTA AL EDITOR
Panorama actual del tratamiento de las enfermedades prostáticas
en la atención primaria de salud
Melibea de las
Mercedes Moreno Domínguez
Policlínico Universitario Carlos Juan Finlay. La Habana, Cuba.
Las enfermedades
prostáticas benignas y malignas, presentan a nivel mundial una alta prevalencia
en pacientes mayores de 50 años de edad, realidad dela cual Cuba no se
encuentra exenta. Se estima que el 70 % de los hombres que sobrepasa los 50
años de edad padece en algún momento de síntomas obstructivos
urinarios bajos a consecuencia de enfermedades prostáticas. La incidencia
y prevalencia de las enfermedades relacionadas con la próstata aumentan
directamente proporcional con la edad así como el diagnóstico
y la orientación terapéutica es diferenciada según factores
de riesgo. 1,2
La promoción
y prevención de salud con su programa del médico de la familia,
es un elemento importante para la detección temprana de las enfermedades
prostáticas. Permite crear percepción de riesgo en la población
vulnerable garantizando de esta forma, que el factor paciente comprenda la importancia
de diagnosticar y tratar tempranamente las enfermedades prostáticas.
Se evita con ello diagnósticos tardíos, que en el caso de las
benignas haya provocado afectaciones irreversibles sobre la función renal
y la dinámica miccional, o en el caso de las malignas, presenta extensión
extracapsular, metástasis locales o a distancia, lo que inmediatamente
clasifica al paciente en un estadio avanzados de la enfermedad, convirtiéndolo
solo candidatos para tratamiento paliativo.
El accionar del
médico de familia en la promoción, prevención y diagnóstico
precoz de las enfermedades prostáticas precisan que en principio, el
propio profesional de la salud tenga precepción de riesgo de estas enfermedades
para con su población y en consecuencia, desarrolle acciones de salud
orientas a disminuir el impacto que estas enfermedades generan sobre el cuadro
de salud de su población.
Realicé
una entrevista exploratoria no estructurada a médicos de familia de la
capital, en la cual indagué al respecto de su percepción de riesgo
como profesional en torno a las enfermedades prostáticas, la prevalencia
de estas enfermedades en su población y las acciones de salud que desarrollan.
Obtuve que la mayoría
de los médicos no tiene contabilizados a los pacientes con afecciones
prostáticas como grupo de enfermedades priorizado por lo cual no dominan
el dato exacto, si dominan el dato referente a los pacientes con adenocarcinoma
de próstata, en cumplimiento al programa de atención al paciente
con cáncer. La mayoría de los galenos reconoce no realizar suficientes
o ninguna acción de promoción de salud referente a enfermedades
prostáticas, y al indagar sobre las acciones de prevención y diagnóstico
precoz, quien escribe considera que la preparación, de forma general
es insuficiente. No existe conocimiento del índice internacional de síntomas
prostáticos, conocido por sus siglas en inglés (IPSS); además
existen errores de concepto en cuanto a la evaluación del PSA, atribuyéndole
en algunos doctores un valor predictivo absoluto positivo o negativo.
De otra parte,
los galenos también chocan con la incultura social y el machismo relacionado
al examen digital de la próstata, realidad cuya transformación
está en manos de los propios médicos de la atención primaria
de salud mediante la promoción de salud. Comentan los entrevistados que
muchos pacientes sufren de los síntomas en silencio por miedo a someterse
al tacto rectal, o por temor a que el diagnóstico sea cáncer de
próstata, estos últimos actúan de este modo por desconocimiento
de que el diagnóstico precoz otorga la mayor posibilidad de curación
o tratamiento paliativo con alta tasa de supervivencia. También señalan
que no pocos pacientes rehúsan hacerse el tacto rectal por su médico
de familia y exigen la interconsulta con el especialista de Urología
aun cuando el galeno aún no tiene claro el criterio de remisión,
situación que limita su posibilidad de desempeño.
La falta de sistematicidad
en la práctica de la exploración rectal de la próstata
de los médicos a los pacientes, como consecuencia de la negativa de estos
últimos a dejarse examinar, presumo influya negativamente en la competencia
de los galenos para realizar la exploración, empeorando aún más
el panorama.
El cáncer
de próstata es hoy en Cuba la enfermedad neoplásica de mayor incidencia
en los pacientes masculinos, así como la primera causa de enfermedad
renal crónica en nuestro país es la obstrucción crónica,
de todas las causas de la enfermedad, la única evitables. Estos datos
comprometen al sistema nacional de salud a luchar por mejorar la atención
al paciente prostático.
La atención primaria es la primera y más importante línea de combate de nuestro sistema de salud. Considero es oportuno tomar acciones para mejorar la percepción de riesgo de los médicos de la atención primaria de salud en torno a las enfermedades prostáticas para que en consecuencia, tomen acciones concientizadoras, y mediante la promoción aumente la percepción de riesgo de los pacientes revirtiéndose en un diagnóstico precoz. Abogo también por la implementación de acciones que faciliten la capacitación y reciclaje teórico y práctico de los médicos de familia en torno al tratamiento de las enfermedades prostáticas que les permita mejorar su desempeño.
BIBLIOGRAFÍA
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Recibidos:
19-06-2015
Aprobado:
23-06-2015
Correspondencia:
Melibea de las Mercedes Moreno Domínguez Policlínico Universitario
Carlos Juan Finlay. La Habana, Cuba. Correo electrónico: arsilva@infomed.sld.cu