La Urología que nos espera

EDITORIAL

 

La Urología que nos espera

 


La Urología en Cuba gozó de un gran prestigio desde el siglo XIX, cuando se inició su práctica. En sus comienzos, como en muchos otros países, esta fue asumida por cirujanos. La figura de Joaquín Albarrán y el trabajo de su hermano en Cuba, quien funda el primer servicio de Urología e inicia la docencia urológica con la fundación de la Cátedra de Enfermedades Urinarias, son hechos que marcan el inicio del camino que esta especialidad ha recorrido hasta nuestros días.

La introducción de técnicas quirúrgicas y el desarrollo del instrumental para facilitar el desempeño de los cirujanos ha sido una práctica común en todas las especialidades quirúrgicas, pero en Urología, este hecho cobra una gran relevancia. La situación anatómica de los órganos tratados por la urología, su acceso por orificios naturales, la profundidad del campo quirúrgico y las variadas posiciones para realizar un acto quirúrgico, hicieron que en el mundo se desarrollara toda una parafernalia para la realización de la cirugía urológica. En los años 40 del siglo 20, el uso de la electrocirugía, que fue precedida por las mejoras ópticas a los rudimentarios cistoscopios de la época, dio un vuelco a la cirugía de los tumores de vejiga y se creó la regla de oro del tratamiento de la Hiperplasia Prostática, hasta el día de hoy.

El equipamiento con el que contaban los servicios y urólogos en los inicios de los años 60 en Cuba, pasó desde una configuración básica a niveles más complejos con el paso de los años, en los 70 se repuso y se amplió el surtido de equipos, sobre todo en la endoscopia baja con compras a Richard Wolf Gmbh y otras empresas europeas, sustituyendo las marcas de fabricación norteamericana como ACMI y Birtcher que no proveyeron repuestos por la política de bloqueo económico y financiero en contra del Gobierno de la República de Cuba. En esta época, jóvenes urólogos cubanos pasaron cursos de actualización en varios hospitales europeos, fundamentalmente en España. Este hecho permitió la estandarización de técnicas endoscópicas del tracto urinario inferior. A mediados de los años 80, se inicia la era de la endourología, la litotricia extracorpórea y la cirugía renal percutánea; entonces se adquiere el primer equipo de litotricia extracorpórea y son enviados a Europa varios especialistas para iniciar el camino de la nueva disciplina, estos modernos recursos se concentraron en el Hospital Hermanos Ameijeiras, donde se fundó la escuela cubana de endourología.

Por allí pasamos muchos de los que practicamos la endourología en la actualidad, algunos hicimos rotaciones en otros países con mayor desarrollo tecnológico y descubrimos lo lejos que ha estado nuestra realidad material del avance que el mundo ha alcanzado en los últimos 20 años. La fundación del Centro Nacional de Cirugía de Mínimo Acceso, en La Habana, es el comienzo de la adquisición de tecnología y equipamiento para que nuestra especialidad y otras, también quirúrgicas, se inserten en la práctica de la cirugía laparoscópica y el uso de la video asistencia en endourología. Se dotaron 12 Servicios del país con el equipamiento básico para la introducción de esas técnicas y aunque insuficientemente, se han ido reponiendo parte de ese instrumental. Mientras tanto, otras tecnologías médicas fueron desarrolladas y se introdujeron para conseguir un mejor desempeño de la urología moderna, el láser para la destrucción de litiasis y la vaporización prostática, que ya se utilizaba en la cirugía de los tumores vesicales en Cuba (neodimium yag), nuevas fuentes de energía para la cirugía convencional y endoscópica han desarrollado una nueva disciplina en la realización de las intervenciones quirúrgicas, con ahorro de tiempo quirúrgico y mayor seguridad de los procederes que benefician y protegen a nuestros pacientes. Instrumental quirúrgico de mejor diseño, uso de agrafes para hemostasia, mejores sistemas de iluminación, entre otros artefactos, están disponibles en el mercado medico instrumental en todo el mundo.

En los dos últimos años el Grupo Nacional de Urología y la Sociedad Cubana de Urología, han realizado ingentes esfuerzos gestionando la adquisición de tecnología médica que nos ponga en el camino del desarrollo actual de la Urología moderna, propiciado por un mejor estado económico del sector de la Salud. Para ello se ha contactado con proveedores de estas tecnologías y sus representaciones en Cuba, se ha solicitado la inclusión en los registros sanitarios de estos equipos y se está siguiendo el proceso de compra y distribución de los mismos en los servicios del país, según lo establecido por el MINSAP y MEDICUBA para estas gestiones. Este proceso ya iniciado, permitirá ir introduciendo tecnologías, técnicas quirúrgicas y mayores posibilidades resolutivas en nuestros servicios, partiendo desde las unidades de subordinación nacional, en cuyo objeto social está la introducción de tecnologías y se estarán generalizando en el resto del país en los próximos años, dependiendo del grado de desarrollo de sus recursos humanos, el liderazgo de esos grupos y las posibilidades de sostenibilidad de los costos de esa tecnologías por los hospitales donde sean asignados. Les corresponde a los servicios ganar su espacio demostrando su capacidad de asimilar y poner en funcionamiento estas tecnologías, las nuevas generaciones de especialistas deberán prepararse para afrontar este reto técnico que está llegando y dejar claro que su momento ha llegado para contribuir con el desarrollo de la Urología que nos espera.

Dr. Octavio Manuel De La Concepción Gómez
Presidente de la Sociedad Cubana de Urología (2013-2017)